“Tengo talento y no necesito del escándalo para crecer.” La frase, dicha por Emilia Attias (23) en el verano mientras saboreaba unos ravioles en una casa que alquiló en Córdoba junto a su marido, el Turco Naim, bien sirve para describir a esta mujer que desde los 13 años, cuando le ofrecieron hacer sus primeras fotos como modelo, nunca más volvió a pasar desapercibida. Hoy, participar del programa Bailando por un sueño y no caer en ninguna pelea o escándalo con el jurado pareciera ser una misión imposible para cualquiera. Pero no para ella. La rubia sorteó este escollo sin problemas, y en su debut en el programa de Marcelo Tinelli de lo único que se habló fue de su fantástico reggaeton. Sensual y en mucha armonía con su coach, Pablo Juin, dejó a todos con la boca abierta.
“Quise que este año fuera de nuevos desafíos”, dice Emilia. Y su trabajo en la tele así lo demuestra. No sólo aceptó bailar en Showmatch, sino que cada tarde se pone al frente del programa teen de El Trece: Re.Creo en Vos.
“Quise que este año fuera de nuevos desafíos”, dice Emilia. Y su trabajo en la tele así lo demuestra. No sólo aceptó bailar en Showmatch, sino que cada tarde se pone al frente del programa teen de El Trece: Re.Creo en Vos.
En definitiva, una diosa apta para todos los públicos.
Entre Re.Creo... y Bailando… abarcás gente de todas las edades. ¿Cuál es el secreto?
Soy muy pasional. A todo lo que hago le pongo el alma y el corazón: ése es mi secreto. Por mi trabajo anterior en Casi Ángeles me identifico mucho con el público adolescente. Por eso, en un momento dudé en hacer Bailando… pero hablé con Marcelo y con Adrián (Suar), y ellos me dieron libertad para manejarme como quería.
¿Sentís que tu imagen está muy pegada a los jóvenes?
Mi cara está muy identificada con todo lo que tiene que ver con la familia, y eso trato de cuidarlo. Por eso no me van a ver en Bailando… con una bikini o mostrando el cuerpo con ropa muy llamativa.
Hablando de cuerpo: ¿te matás para estar bárbara? No me digas que es la genética.
Jajajaja… ¡Sí, me mato! Sobre todo en las comidas. ¡Ahora estoy preparando pollo al horno con papas! Jajajaja… la verdad es que no sé si es genética o suerte, pero como de todo y sin culpa. Claro que durante la semana llevo un ritmo súper acelerado: me despierto a las seis de la mañana, de ocho a diez ensayo con mi coach, de diez a doce voy al gimnasio y entreno todos los días de la semana.
¿Cómo te sentís más cómoda? ¿Bailando o conduciendo?
Me gusta hacer las dos cosas, aunque reconozco que con el baile soy una mujer libre. Le pongo tanta pasión que termino extenuada. Bailar me transporta.
¿Y la conducción?
Cuando me ofrecieron el proyecto, lo que más me convenció fue que en el programa también iba a bailar y cantar. Lo disfruto mucho. Además es raro, porque en Re.creo… soy la dueña de la pelota. Y si bien soy muy obsesiva, cuando arranco el programa trato de ser fresca y que las cosas fluyan solas.
Hace cuatro años que no hacías Bailando…, aunque llegaste a la final en el 2006. ¿Por qué decidiste volver?
Porque estaba en Telefe y no lo podía hacer, por contrato. Ahora, ni bien firmé para El Trece, me llamó Marcelo. Y cuando me dijeron que iban a cuidarme y que podía elegir el vestuario, acepté. Soy de las personas que piensan que para seguir mejorando uno no tiene (yo no tengo), que mostrar más la cola: hay que levantarse a las seis de la mañana y entrenar.
Lo tuyo es como un Mundial de fútbol: cada cuatro años. ¿Ahora vas por la revancha?
¡Sí, quiero ganar sí o sí! Espero que la gente me vote, para cumplir el sueño -junto a Pablo Juin- de la Asociación Sol Naciente, que necesita ampliar el comedor que alimenta a 380 chicos y adultos.
En la última nota dijiste: “No necesito de los escándalos para crecer”. ¿Te preocupa estar en un programa que ya trajo peleas, insultos y agresiones?
No, porque no soy escandalosa… y no voy a cambiar. Con el jurado me llevo bien, con mis compañeros también; no creo que haya problemas.
Estrategia de muchos, atacar a sus rivales. ¿Cómo podés reaccionar si dicen algo de vos?
Haré lo que hice siempre: no le voy a dar bolilla. Además, nadie tiene nada que decir en contra mío… ¿Qué van a inventar? Mirá: acepté el camarín que me dieron, no pedí nada especial, entreno duro…
¿Viste el programa con tu marido? Cuando bailaste estaba en el estudio, y se notó claramente que decía: “¡Qué mujer!”.
¡Ayyy, sí, lo amo! Siempre me apoya y me acompaña, es un gran compañero… vimos el programa en la casa de mis papás. ¡Toda la familia junta comiendo empanadas!
¿Es verdad que tenés ganas de hacer un programa con el Turco?
La idea siempre está, y ya tenemos un par de cosas para poner en marcha. ¡Pero no te voy a adelantar nada! ¡Me quiero asegurar otra nota en la revista!.
Fuente: Gente
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